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Arbórea Intellbird: Con un año de vida, la empresa salmantina ha logrado que Iberdrola entre en su capital gracias a la creación del ‘aracnocóptero’.

 

¿Qué ha desarrollado una pequeña empresa salmantina, de tan sólo un año de trayectoria, para haber centrado la atención de un gran grupo energético como Iberdrola, y lograr que el Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) la haya elegido como la primera firma privada para invertir en ella? La respuesta está en los drones (dispositivos aéreos), aunque Carlos Bernabéu, fundador de Arbórea Intellbird, considera que es más adecuado denominar a estos sistemas SARP (sistemas aéreos remotamente tripulados), o Arácnocoptero, la marca ideada y registrada por este emprendedor, asentado en el Parque Científico de la Universidad de Salamanca.

Bernabéu creó Arbórea Intellbird a principios de 2013, y comenzó desarrollando dispositivos aéreos para tomar fotos y controlar los nidos de palomas y otros pájaros en las ciudades. «Sobre todo en cascos históricos como el de Ávila, donde anidan estas aves y deterioran los edificios», relata. «Nos dimos cuenta del potencial que podía tener el aparato y decidimos tantear al sector eólico. La idea era captar imágenes de posibles fisuras o desperfectos en las palas de los aerogeneradores, sometidas a inclemencias meteorológicas extremas, como lluvias y vientos fuertes», describe.

El emprendedor desarrolló una versión del sistema a partir del original, y así surgió el Aracnocóptero, con el que acudió a firmas eólicas como Gamesa y Enerpal para que lo probaran en sus aerogeneradores. Desde ese momento, el despegue de Arbórea fue imparable. «Viajamos con Enerpal a Ewea, la mayor feria europea del sector, que se celebra en Frankfurt (Alemania), y captamos el interés de muchas firmas y profesionales», recuerda. Meses después vino el reconocimiento en casa. «Iberdrola y el CDTI han entrado en el capital de Arbórea, con una inversión de 500.000 euros, convirtiéndose así en nuestros socios», explica Bernabéu, quien posee el 67% de la compañía.

Una vez reconocidos en el negocio eólico, los Aracnocópteros de Arbórea están empezando a sobrevolar otros ámbitos. «Nuestros dispositivos permite, por ejemplo, detectar posibles fugas o averías en refinerías petrolíferas y en canales de agua», señala. Otro cliente es el grupo Enusa, para el que ha creado un sistema dirigido a localizar fugas en sus plantas de uranio. «Nuestra diferencia con los fabricantes de drones es que nosotros estamos muy especializados en el desarrollo de equipos dirigidos a la industria», concluye Bernabéu.

 

Fuente: Revista Actualidad Económica